Está claro que la pandemia de la COVID-19 nos ha cambiado la vida en muchos aspectos. Una de las consecuencias de la misma es una aceleración inesperada del teletrabajo y la digitalización de procesos y puestos de trabajo que, hasta ahora, eran realizados de una manera más tradicional. Este hecho, unido a la vertiginosa sucesión de avances técnicos en el desarrollo de la Inteligencia Artificial (recientemente, algunos modelos han comenzado a aprender a programar por sí mismos o a diseñar chips de forma más eficiente que los humanos, por poner dos ejemplos sorprendentes), hace que el debate sobre el impacto de la automatización en el empleo no sea una cuestión de ciencia ficción, sino una necesidad.
Entre los análisis que se están ya desarrollando, cada vez más abundantes, encontramos algunas características en común: por primera vez, el impacto estimado de la automatización en el empleo no solamente alcanza a profesiones manuales no cualificadas, sino que llega a ocupaciones cualificadas como contables, especialistas en traducción y abogados, por poner un ejemplo. De hecho, en EE.UU. algunos abogados pasantes se han visto abocados al paro dado que la Inteligencia Artificial Watson, de la empresa IBM, es más eficiente “leyendo” jurisprudencia que los humanos. Esto implica que, más allá de la cualificación o no de una ocupación concreta, la clave con respecto a las posibilidades de automatización del puesto de trabajo está en qué competencias específicas se ponen en juego. En general, las profesiones donde el trato cercano y personalizado, la subjetividad, la creatividad o el desarrollo de tareas cambiantes estarán, de momento, más protegidas que aquellas que, por sus características, requieren del manejo de datos objetivos y patrones repetitivos de comportamiento.
En la web https://willrobotstakemyjob.com/, iniciada en base a un estudio realizado por la Universidad de Oxford, pueden encontrar distintos listados de ocupaciones en función de su riesgo percibido de automatización. Según señala esta fuente, algunas de las ocupaciones con más riesgo de desaparecer como tales son, entre otras, los mecanizadores de datos, agentes de carga y fletes y los técnicos matemáticos, mientras que actualmente las más protegidas serían los terapeutas ocupacionales, los supervisores de líneas de montaje y reparación (no así los operarios) y los trabajadores relacionados con la salud mental y las adicciones, entre otros.
ACTUALIZACIÓN (30/06/2021)
La Inteligencia Artifical llega a la programación informática. Veo probable que, durante los próximos años, en Estados Unidos se experimente un efecto parecido al que produjo Watson, de IBM, en la abogacía. Seguramente, tardará un tiempo en llegar a Europa, pero llegará. Es prematuro aventurar cuánto y en qué plazos se dará ese impacto; supongo que dependerá de la eficiencia de GitHub Copilot y de sus competidores, pero creo que ya se ha prendido la mecha, tanto en desarrollo de sotfware como en el diseño de hardware.