Querer es poder, ¿o no?

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Cuando paseamos por cualquiera de las librerías, muros de Facebook o anuncios de talleres, charlas, convivencias,… que se ofertan en nuestra ciudad o alrededores, una cosa parece evidente para mucha gente: si te esfuerzas de verdad, triunfas… Y si aún no has triunfado, insiste. Y si aún así tampoco, insiste más, y más, y más… Alcanza tu objetivo, logra tu sueño, demuéstrale al mundo de lo que eres capaz, porque no hay nada imposible si de verdad quieres lograrlo…

Nos bombardean con vídeos de niños y niñas con discapacidades haciendo cosas impresionantes, lo que es una clara evidencia de que no deberías quejarte, sino esforzarte más… Porque eres un vago/a, te distraes, no eres constante, disciplinado/a… Vamos, que si no lo vas a hacer mejor, apártate y deja tu sitio a otro/a comprometido/a con una causa que esté bien vista socialmente; es decir, hacer carreras ultratrail, tener un abdomen perfecto, cultivar tu propio ecohuerto urbano, lucir siempre impecable y, por supuesto, lo más importante de todo: tener dinero para viajar y así sacarte selfies que demuestren tu valía personal entre tus seguidores de Instagram, Twitter y Facebook.

Se tú mismo/a es otro de los mantras de la sociedad actual… pero, claro está, no vale todo en eso de ser tú mismo/a; hay que ser tú mismo, pero como dicta la mayoría, y eso se mide de una forma totalmente fiable y válida… Por supuesto, por el número de likes que tienen tus publicaciones en Facebook; cuantos más likes, más acertado es lo que haces.


MODO IRONÍA OFF


Creo que no somos justos con nosotros mismos. Queremos un mundo más humanizado, pero al mismo tiempo nos animamos a seguir en modo competitivo. Ese modo competitivo implícito que deriva de ese mantra de la autoayuda actual (y, por contagio, de las comunicaciones que tenemos dentro y fuera de las redes sociales): esfuérzate por ser el/la mejor, por ser el número uno. Yo me pregunto, ¿qué hay de malo en ser el número dos, o tres, o quince? Por supuesto que es positiva la superación personal (creo que es fundamental para tener una vida con significado), pero me pregunto si esta corriente de superación está realmente encaminada hacia la autorrealización personal o es una nueva y retorcida forma de la deseabilidad social, la que nos dice lo que deberíamos y lo que no deberíamos hacer.

Mi reflexión sobre esto es: si quieres ser el primero/a en algo, ve a por ello, cáete y levántate y no te desanimes, porque el entusiasmo es una parte importante (aunque no la única) para conseguir algo, pero procura que sea porque TÚ lo quieres honestamente; no lo hagas porque es lo correcto o para que los demás lo valoren. Concentra tus energías en lo que te brota desde el interior; en lo que de verdad quieres, no en lo que te decimos los demás que es más o menos valorable. Si haciendo algo, te sientes plenamente realizado/a y, además, haces algo positivo a tu alrededor, es probable que vayas por el camino correcto, tu propio camino.

Una última cosa: no me creas. Puedo estar muy sesgado por mi propia visión del mundo, así que te toca decidir (probablemente, lo habrás hecho ya) si este post te sirve de algo o es otro eco del ruido que se ve en las redes sociales.