Yo no creo en el teletrabajo

Teletrabajo

No, no creo en el teletrabajo. Creer supone un salto de fe, una creencia de la que no hay evidencia absoluta, un axioma. Por eso no creo en el teletrabajo, porque no es una idea, sino una realidad. Tal vez pensábamos que era una realidad futura, lejana, pero la crisis del coronavirus la ha empujado de sopetón al presente.

La digitalización de la sociedad española a fecha de hoy es aún baja, aunque se aprecia una tendencia positiva, según señala el informe Sociedad de la Información 2019 de la Fundación Telefónica, incrementándose en un 4% anual el porcentaje de usuarios con capacidades digitales altas.

La incorporación de usuarios con capacidades digitales facilita la adopción de la metodología on line en la formación. Colectivos que tradicionalmente se formaban de manera presencial, ahora están capacitados y motivados para formarse mediante plataformas de aprendizaje o LMS.

En los últimos años, las generaciones millenial y centennial, crecidas en la Era Digital, se han ido incorporando a la formación y el empleo, por lo que las herramientas digitales son parte de su vida diaria, hecho que se demuestra en que el 99,1% de las personas de estas edades son usuarias de servicios digitales.

Por otra parte, las empresas han ido adaptando sus formas tradicionales de funcionamiento al mundo digital, produciendo que sean conscientes de la necesidad de transformarse, dato que señala Vodafone en su estudio sobre digitalización de las empresas en España y que señala que el 72% de las empresas afirman necesitar apoyo externo para desarrollar su proceso de digitalización. Evidentemente, la formación del personal es una clave primordial en ello.

Estos efectos ya mencionados se daban anteriormente al inicio de la crisis sanitaria derivada de la COVID-19, pero ahora han experimentado un incremento exponencial. Las posibilidades del teletrabajo productivo abren un abanico amplio de posibilidades a muchas empresas cuyo modelo de gestión se basaba en la presencialidad.

El confinamiento ha descubierto a muchos empresarios y empresarias que la digitalización de los puestos de trabajo no solamente no es un tema tabú sino que, con alguna inversión de energías y no demasiado dinero, se pueden generar muchos beneficios en cuanto a la productividad y la satisfacción de los empleados y empleadas, dado el efecto positivo de la conciliación laboral y familiar, la evitación de atascos de tráfico, problemas de aparcamiento, malos hábitos alimenticios debido a comer fuera, etc.

¿El teletrabajo es una opción para muchas empresas? Definitivamente, sí. Ha llegado para quedarse. Por supuesto, para eso es necesario cambiar procesos y estructuras. Y ahí, la formación en competencias digitales es una de las claves. La brecha digital será mayor o menor en la medida que nos formemos para superarla.

 

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